Conceptualmente bienestar en su máxima expresión se presenta como un balance entre los elementos que integran nuestro ser y quehacer. Y basados en la tercera ley de Newton de que toda acción tiene una reacción, aplica perfectamente a nuestro concepto de balance.
Desde este punto de vista, es importante considerar las fuertes tendencias mundiales que en algunas ocasiones se han convertido en estilo de vida, y esto aplica directamente a lo relacionado con el bienestar, bajo una conciencia individual (ojalá colectiva algún día) de vivir saludablemente y en armonía con el entorno. Siendo así, es que la filosofía del bienestar puede irse ajustando al desarrollo de las sociedades y poco a poco como la luz del amanecer baña los montes y llega a los valles, esta ideología se va incorporando y tomando cada vez más fuerza entre nosotros hasta llegar a definir cómo queremos vivir nuestra vida. Todo esto se torna sumamente importante, con el propósito de dar una fuerte lucha contra las enfermedades modernas que nos están minando poco a poco, a causa del acelerado mundo en que vivismo. Algunas de las consecuencias más notables en la actualidad son el estrés laboral con su maraña de afectaciones negativas, incidiendo directamente en la salud de la población con problemas de depresión, ansiedad, insomnio, problemas digestivos y hasta altera los hábitos alimenticios, por otro lado los problemas de obesidad que ya inicia desde la niñez, con índices alarmantes, principalmente en países desarrollados, dejando claro que el desarrollo no siempre es sinónimo de hacer las cosas de la forma
correcta.
Siguiendo la retórica del mundo globalizado, nos enfrentamos ahora a otra realidad, la de que solo una vida tenemos y es completamente nuestra responsabilidad de atender de ella la mejor manera posible. Es aquí, que de forma consciente empezamos a tomar consciencia de la importancia de cuidarnos a nosotros mismos, nuestro entorno y a nuestra gente y poco a poco se va promoviendo esta filosofía hasta llegar a convertirse en una corriente ideológica pero también en un mercado por sí mismo que según el Global Wellness Institute 1 generó más de 3 trillones de dólares a nivel mundial en el 2017, en el estudio realizado por esta institución llamado Global Wellness Economy Monitor en Enero 2017. Ahora bien, desde esta perspectiva, el tema de bienestar representa para muchos no solo estilo de vida, sino también una forma de mejorar la salud de otros, contribuyendo con el ambiente y a la vez con el desarrollo económico.
Para Costa Rica, desde el ámbito comercial y de desarrollo a nivel país, este tema va ganando mercado con el paso del tiempo, no solo porque algunas instancias públicas y privadas se están avocando por la promoción en el cuidado de la salud personal, sino también porque se han ido generando economías localizadas como es el caso del segmento turístico, con el llamado “Turismo de Salud”, que debe ser considerado más allá de solo el aspecto médico y plantearse el cambio de paradigma a lo integral, preventivo, tornándonos un turismo de salud y bienestar integrativo, para que realmente pueda ser sostenible a lo largo del tiempo y no sea solamente una moda de paso y a Costa Rica con la naturaleza como ícono de un turismo basado en la naturaleza como elemento no solo diferenciador, sino sanador.
El crecimiento que se desee en este nicho de mercado va a depender completamente en el valor que le dé la misma industria y la seriedad con que lo tome, desde la capacitación y profesionalización para la creación del producto a ofrecer. El potencial es enorme y más aún el recurso, lo transcendental es la unión de esfuerzos para lograr posicionar nacional e internacionalmente al país como un verdadero “Destino de Bienestar con sello tico”.