Wellness y Turismo Rural: Respirar Turismo

Por: Lic. Luis Carlos Palazuelos Irusta / Master Turismo / asesorias@allcostaricaadventures.com

Muy pocos pensarían que, hasta hace menos de un año atrás, respirar sería no solamente un acto mecánico propio de los pulmones sino un ejercicio casi espiritual y de liberación de las mascarillas o barbijos.

Respirar se convierte en un homenaje a la vida en tiempos de pandemia.

Hace ya mucho tiempo tuvimos la oportunidad de conocer a un instructor de yoga quien nos mostró primero que, respirar no es un acto reflejo sino un acto consciente; segundo, nos enseñó varias técnicas para respirar, hacerlo bien y ejercitar los pulmones. Lo que nuestro profesor no dijo es que, si bien este es un ejercicio que se puede hacer en cualquier lugar, respirar aire puro en un ambiente natural tiene muchas más ventajas que la simple oxigenación de los pulmones.

A veces, quien viaja y apenas llega a un destino sea en la playa o en la selva, lo primero que hace es tomar un gran bocanada de aire; hinchar los pulmones con el aire del mar o del bosque, es como un saludo a la naturaleza, una liberación de lo urbano y el comienzo de un tiempo de armonía con el medio.

Otros han comentado sobre los beneficios que conceden los ambientes naturales a sus visitantes; además del aire, los sonidos, los perfumes, el paisaje relajante y el avistamiento de aquello que causa interés del observador: algunos optan por las aves, otros por las plantas, los árboles, los hongos, los mamíferos o los insectos.

Aquí resaltamos esta experiencia en un ambiente natural. El aire de un espacio alejado de cualquier centro urbano poblado es un coctel de oxígeno mezclado con los olores del mar, de la tierra mojada, de las plantas aromáticas, de los frutos maduros o de la misma humedad.

Es posible que más de un operador turístico haya encontrado un nicho para una experiencia en la que respirar y respirar olores agradables sea el motivo principal del paseo. En caso de no ser así, el lector queda con esta sugerencia a la que se le debe dar forma, puesto que aquí apenas les hemos dado el insumo, la arcilla que necesita manos hábiles para convertirla en un atractivo turístico.

En el campo, y cuando ya hablamos de turismo rural y de turismo rural comunitario, con las diferencias que distinguen a ambos, las oportunidades para hacer de la respiración un ejercicio consciente están muy representadas por ejemplo en los beneficios de café donde mucho antes de llegar ya se percibe el olor del grano de oro; pero también y en casi todos (por no decir todos) los tours de café, hay un momento en el que se nos invita a reconocer el aroma propio del café en una sesión de tostado y cata. Tampoco es un secreto que mientras se explora un bosque surgen aromas de plantas que nos invitan a poner un freno a la marcha para identificar la procedencia del perfume; aquí la pericia del guía de turismo es clave para entender el valor de los perfumes naturales. El caso de la flor de Ilán Ilán, en los tours de Tortuguero es un claro ejemplo de un perfume muy fino que ya ha registrado su marca y que mientras se visita ese Parque Nacional nos queda como oloroso recuerdo (para el que escribe, después de oler la flor la primera vez y víctima de su seducción, decidimos conservarla durante todo el viaje en un bolsillo de la camisa).

Indudablemente todo alimento que es preparado por la comunidad o por una familia local, en una cocina de leña y con ingredientes naturales frescos también hacen que nuestro sentido del olfato sea motivado y que desde ese hecho tan cotidiano como es la alimentación, surjan los recuerdos de las tortillas palmeadas una fresca mañana en el campo de Costa Rica.

Podríamos extendernos mucho más, sin embargo, pensamos que este es solamente un recordatorio de que respirar ya en una bendición pero respirar los olores del campo en un paseo es otra bendición añadida, sin ingredientes artificiales.